
He extraído de las noche tranquilas
Que paso desde hace algún tiempo
Razones para dejar atrás las rutinas que gobiernan
Esto que ya se parece a la felicidad, de forma lejana.
Cuando decidí alejarme, tomar camino hacia el mar,
Tuve esa misma sensación de distancia,
De ausencia en los rincones oscuros
De la memoria quebrada y el alma desconocida.
Había quemado mi piel olvidando y tragando kilómetros,
Había recordado que el cuerpo es un todo fugaz,
Y el alma un pedazo de carne,
Porque así, todo parecía más fácil.
Calles y esquinas de terror,
Luces que escondían mujeres secretas,
En ese hogar sin dientes había aprendido
A volver a mi casa, a no temer a mi cama
Y a mi vida rota.
He decidido volver a ese nido, una vez más,
Voy a escapar de mi cárcel como el carcelero
Que acepta su culpa y su dolo.
Te llevo allí en mi bolsillo, tú, llave sin dueño,
No he perdido la capacidad de hacer de una condena
Una fatal victoria, de llevarte a lugares desconocidos,
De abrir puertas secretas, husmear en pequeños agujeros,
De enseñarte a ser sin atajos y vivir sin condiciones.
Que hay una muerte que me ama y que me cuida,
Yo no soy la esperanza de tus deseos luminosos.
He caído y me he ido hacia el fondo,
Adorno el fondo como una roca.
AC0211