Monday, February 21, 2011

Día 22, hora 0.



He extraído de las noche tranquilas
Que paso desde hace algún tiempo
Razones para dejar atrás las rutinas que gobiernan
Esto que ya se parece a la felicidad, de forma lejana.

Cuando decidí alejarme, tomar camino hacia el mar,
Tuve esa misma sensación de distancia,
De ausencia en los rincones oscuros
De la memoria quebrada y el alma desconocida.

Había quemado mi piel olvidando y tragando kilómetros,
Había recordado que el cuerpo es un todo fugaz,
Y el alma un pedazo de carne,
Porque así, todo parecía más fácil.

Calles y esquinas de terror,
Luces que escondían mujeres secretas,
En ese hogar sin dientes había aprendido
A volver a mi casa, a no temer a mi cama
Y a mi vida rota.

He decidido volver a ese nido, una vez más,
Voy a escapar de mi cárcel como el carcelero
Que acepta su culpa y su dolo.

Te llevo allí en mi bolsillo, tú, llave sin dueño,
No he perdido la capacidad de hacer de una condena
Una fatal victoria, de llevarte a lugares desconocidos,
De abrir puertas secretas, husmear en pequeños agujeros,
De enseñarte a ser sin atajos y vivir sin condiciones.

Que hay una muerte que me ama y que me cuida,
Yo no soy la esperanza de tus deseos luminosos.
He caído y me he ido hacia el fondo,
Adorno el fondo como una roca.

AC0211